Una carta a los educadores en esta Semana de Apreciación de los Profesores

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Con el paso de los años, me han enseñado la importancia de reconocer siempre la realidad del presente sin renunciar a la esperanza sobre el futuro. Me han recordado que quizás no todos los días sean buenos, pero que ocurre algo bueno todos los días. Y me mostraron la importancia de guardar esas situaciones buenas y llevarlas conmigo en mi corazón.

Como la Profesora Estadounidense de este año, he tenido la oportunidad de aprender no solo de los profesores en otras aulas de mi escuela, sino de profesores en distintas partes del país. He recorrido todo el estado de Oklahoma escuchando las historias de los profesores. Mi objetivo ha sido crear un espacio para destacar sus voces y caminos. Pero, fieles a su alma de educadores, me enseñaron más este año de lo que yo alguna vez podría devolver.

Por ejemplo, Courtney, de Pauls Valley, me recordó la importancia de celebrar el éxito de los alumnos con sus familias. Todos los meses, ella y sus colegas escriben tarjetas a por lo menos dos familias para contarles buenas noticias de su institución educativa.

Pam, de Warner, me inspiró a seguir cultivando una mentalidad de crecimiento. Nunca olvidaré la respuesta de Pam cuando uno de sus alumnos de cuarto grado se dirigió con orgullo a la pizarra y se equivocó en la resolución de un problema. La respuesta fue “Gracias por equivocarte para que todos podamos aprender”.

También recuerdo a Loren, de Okemah, un pueblo rural en el que la mayoría de los alumnos no tienen almuerzo o tienen poca cantidad. Loren y sus colegas suelen comprar bocadillos para asegurarse de que sus alumnos puedan common su comportamiento durante todo el día.

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